El Lobby de Israel (I)
La respuesta completamente desproporcionada de Israel contra Hezbolá en Gaza y el sur de Líbano supone una declaración de guerra abierta contra este país y la posibilidad de extensión del conflicto a otros países de la región, principalmente Siria e Irán.
Ante la indignación que causa está agresión desproporcionada, el apoyo injustificado por parte de la administración Bush y la pasividad del resto de las potencias occidentales que parecen mirar para otro lado, sólo queda el pataleo y tratar de dejar en evidencia el comportamiento inaceptable de Israel y el apoyo indiscrimando e injustificado hacia Israel por parte de EEUU.
¿Es esta la forma en que Bush preveía extender la "democracia" en Oriente Medio? ¿Qué tiene que ver con la democracia y la libertad estas agresiones desproporcionadas e indiscriminadas? ¿Acaso no ganó Hamás las elecciones en Palestina de forma democrática? EEUU e Israel siguen creándose enemigos en el mundo islámico y en el resto del mundo.
A continuación la traducción en español de la primera parte de un artículo sobre el Lobby de Israel escrito por John Mearsheimer and Stephen Walt:
LRB John Mearsheimer and Stephen Walt : The Israel Lobby
El Lobby de Israel
John Mearsheimer and Stephen Walt
Durante las últimas décadas y especialmente desde la Guerra de los Seis Días en 1967, el centro de la política estadounidense en Oriente Medio ha sido sus relaciones con Israel. La combinación de firme apoyo y el esfuerzo por extender la "democracia" a través de la región ha indignado a la opinión pública árabe e islámica y ha puesto en peligro la seguridad de los EEUU y la del resto del mundo. ¿Por qué EE UU ha comprometido su seguridad y la de muchos de sus aliados para servir a los intereses de otro estado? Uno podría pensar que los lazos entre ambos países estan basados en intereses estratégicos compartidos o imperativos morales fundados, pero ninguna de estas explicaciones justifica el increíble nivel de apoyo material y diplomático que EE UU proporciona.
Por contra, el empuje de política estadounidense en la región deriva casi por completo de políticas domésticas y especialmente de las actividades del llamado "Lobby de Israel". Otros grupos de interés especial han modificado la política exterior, pero ninguno ha conseguido desviarla tanto del interés nacional y a la vez convencer a los estadounidenses de que los intereses de EE UU y de Israel son idénticos.
Desde la guerra de octubre de 1973, Washington ha suministrado a Israel un apoyo que supera con creces al de cualquier otro estado. Ha sido el mayor receptor de ayuda anual económica directa y asistencia militar desde 1976 y es el máximo receptor de ayuda total desde la Segunda Guerra Mundial, con más de 140 billones de dólares (en dólares equivalentes del 2004). Israel recibe alrededor de 3 billones de dólares de ayuda directa cada año, aproximadamente un quinto del presupuesto de ayuda extranjero, que supone unos 500 dólares al año por cada israelí. Esta generosidad es especialmente sorprendente ya que Israel es ahora un estado industrial rico con unos ingresos per cápita equivalentes a los de Corea del Sur o España.
Otros receptores consiguen su dinero en abonos trimestrales, pero Israel recibe su cuota por entero al principio del año fiscal, con lo que puede ganar intereses con ellos. La mayoría de los receptores de ayuda militar están obligados a gastar la totalidad en EEUU pero Israel puede utilizar un 25% para subsidiar su propia industria militar. Es el único receptor que no tiene que justificar cómo gasta la ayuda, lo cual hace imposible evitar que el dinero pueda ser usado para propósitos a los que EEUU se pueda oponer, como construir asentamientos en Cisjordania. Además, EE UU ha suministrado a Israel casi 3 billones de dólares para desarrollar armamento y ha proporcionado acceso a armamento tan restringido como los helicópteros Blackhawk o los aviones F-16. Finalmente, EE UU proporciona a Israel acceso a inteligencia que deniega a sus aliados de la OTAN y ha hecho la vista gorda a la adquisición de armas nucleares por parte de Israel.
Washington suministra apoyo diplomático constante. Desde 1982, EEUU ha vetado 32 resoluciones del Consejo de Seguridad contra Israel, más del número total de vetos ejercidos por el resto de miembros del Consejo. Bloquea los esfuerzos de los países árabes por poner el arsenal nuclear israelí dentro de la agenda de la IAEA (Agencia Internacional de Energía Atómica). EE UU acude al rescate de Israel en tiempos de guerra y le respalda en las negociaciones de paz. La administración Nixon protegió a Israel de la amenaza de intervención soviética y lo rearmó durante la guerra de octubre. Washington estuvo profundamente involucrado en las negociaciones que condujeron al final de la guerra, así como en el largo proceso 'paso a paso' que siguió, y también jugó un papel destacado en las negociaciones que precedieron y siguieron a los acuerdos de Oslo de 1993. En todos los casos hubo fricciones, pero los EEUU constantemente apoyaron la posición israelí. Un estadounidense participante en Camp David in el 2000 dijo más tarde: "Demasiado a menudo, fuimos el abogado de Israel". Fin lmente, la ambición de Bush de transformar Oriente Medio está en parte orientada a mejorar la situación estratégica de Israel.
Esta extraordinaria generosidad podría comprenderse si Israel fuera un elemento estratégico o si hubiera una razón moral convincente para el respaldo estadounidense, pero ninguna explicación es convincente. Uno podría argumentar que Israel fue un apoyo importante durante la Guerra Fría. Haciendo de representante de EE UU después de 1967 ayudó a contener la expansión de la Unión Soviética en la región e infligió derrotas humillantes en clientes soviéticos como Egipto o Siria. Ocasionalmente ayudó a proteger a aliados de EE UU (como el rey Hussein de Jordania) y sus acciones militares forzaron a Moscú a gastar más en apoyo de sus estados clientes. También suministró inteligencia útil sobre el potencial soviético.
Respaldar a Israel no fue barato y complicó las relaciones de EEUU con el mundo árabe. Por ejemplo, la decisión de dar 2.2 billones de dólares de ayuda de emergencia militar durante la guerra de Octubre provocó el embargo de petróleo de la OPEC que causó considerable daño en las economías occidentales. Por ello, las fuerzas armadas israelíes no pudieron proteger los intereses estadounidenses en la región. EEUU no pudo contar con el apoyo de Israel cuando la Revolución iraní de 1979 causó preocupación acerca de la seguridad de los suministros petrolíderos y tuvo que crear su propia fuerza de despliegue rápido.
La primera guerra del golfo reveló hasta qué punto Israel era una carga para la estrategia estadounidense. EE UU no pudo utilizar las bases israelíes sin romper la coalición anti-iraquí, y tuvo que desviar sus recursos para evitar que Tel Aviv hiciera algo que pudiera dañar la alianza contra Saddam Hussein. La historia se repitió en 2003: Israel quería que EE UU atacara Irak, pero Bush no podía pedir ayuda sin provocar la oposición árabe. Así que Israel quedó al margen de nuevo.
A principios de 1990, y más incluso después del 11-S, el apoyo estadounidense ha estado justificado por la demanda de que ambos estados están amenazados por grupos terroristas provenientes del mundo árabe y musulmán, y por 'estados rebeldes' que apoyan a estos grupos y buscan armas de detstrucción masiva. Esto se ha tomado no sólo como que Washington da mano libre a Israel para tratar con los palestinos a su antojo sino también como que EEUU debería ir tras países como Irán y Siria. Israel es visto así como un aliado crucial en la guerra contra el terror, porque sus enemigos son los enemigos de EEUU. En realidad, Israel es un problema en la guerra contra el terror y el obstáculo mayor para tratar con los 'estados rebeldes'.
El terrorismo no es un adversario único, sino una táctica empleada por un amplio conjunto de grupos políticos. Las organizaciones terroristas que amenazan Israel no amenazan EEUU, excepto cuando interviene contra ellos (como en Líbano en 1982). Además, el terrorismo palestino no es violencia aleatoria dirigida contra Israel u Occidente; es fundamentalmente la respuesta a la prolongada campaña de Israel por colonizar Cisjordania y Gaza.
Además, decir que Israel y EEUU están unidos por una amenaza terrorista compartida es la relación de causa puesta al revés: EEUU tiene un problema de terrorismo en buena parte por su estrecha alianza con Israel, no al revés. El apoyo a Israel no es la única causa de terrorismo anti-americano, pero es una de las más importantes, y hace más difícil ganar la guerra contra el terror. No hay duda que muchos líderes de Al-Qaeda están motivados por la presencia de Israel en Jerusalén y la grave situación palestina. El apoyo incondicional a Israel facilita a los extremistas conseguir apoyo popular y atraer reclutas.
En cuanto a los así llamados 'estados rebeldes' en Oriente Medio, no son una grave amenaza a intereses vitales estadounidenses, excepto por cuanto lo son para Israel. Incluso si estos países adquirieran armas nucleares -lo que obviamente es indeseable- ni EE UU ni Israel podrían ser chantajeados porque el chantajeador no podría llevar a cabo su amenaza sin sufrir una represalia abrumadora. El peligro de filtración de armas nucleares a terroristas es igualmente remoto, porque el 'estado rebelde' no podría estar seguro de no ser pillado o de que pudiera ser culpado después. En realidad, las relaciones de EEUU con Israel hacen más difícil para EE UU tratar con estos estados. El arsenal nuclear israelí es la razón por la que sus vecinos quieren armas nucleares, y amenazarles con cambio de régimen solamente incrementa ese deseo.
A menudo se retrata a Israel como David enfrentándose a Goliat, pero lo contrario es más cercano a la realidad. Israel el la potencia militar más fuerte en Oriente Medio. Sus fuerzas convcencionales son muy superiores a las de sus vecinos y es el único estado en la región con armas nucleares. Egipto y Jordania han firmado acuerdos de paz y Arabia Saudí se ha ofrecido también a firmarlos. Siria ha perdido su patrón soviético, Irak está devastado por tres guerras e Irán está muy lejos. Los palestinos apenas disponen de una fuerza policial, por no decir un ejército que pudiera hacer frente a Israel.
Que Israel sea un democracia rodeada de dictaduras hostiles no es una razón porque hay muchas democracias en el mundo pero ninguna recibe el mismo tipo de apoyo. EE UU ha derrocado gobiernos democráticos en el pasado y apoyado a dictadores cuando le ha interesado y actualmente tiene buenas relaciones con varios dictadores.
Algunos aspectos de la democracia israelí chocan con los valores americanos. Mientras en EEU supuestamente hay igualdad de derechos independientemente de la raza, religión o etnia, Israel fue explícitamente fundado como un estado judío y la ciudadanía está basada en el principio de afinidad de sangre. Sus 1.3 millones de habitantes árabes son tratados como ciudadanos de segunda clase, como descubrió recientemente una comisión del gobierno israelí que dictaminó que el gobierno israelí se comporta de un modo "discriminatorio y negligente" hacia ellos. Su supuesto status democrático está erosionado por su rechazo a conceder a los palestinos un estado propio viable con plenitud de derechos políticos.
Una tercera justificación es la historia de sufrimiento de los judíos en el occidente cristiano, especialmente durante el holocausto. Dado que los judíos han sido perseguidos durante siglos y sólo podrían sentirse seguros en una tierra judía propia, muchos creen que Israel se merece un tratamiento especial por parte de los EE UU. La creación del país fue la respuesta a la larga lista de crímenes contra los judíos, pero también ha producido nuevos crímenes contra una tercera parte inocente: los palestinos.
Como dijo David Ben Gurion a Nahum Goldmann, presidente del congreso mundial judío:
"Si yo fuera un líder árabe nunca haría las paces con Israel. Es natural: hemos ocupado su país... venimos de Israel, pero hace 2.000 años, y ¿qué es eso para ellos? Ha habido antisemitismo, nazis, Hitler, Auschwitz, ¿pero fue su falta? Sólo ven una cosa: hemos venido aquí y robado su país. ¿Por qué deberían aceptar eso?"
Desde entonces, los líderes israelíes han buscado repetidamente negar las ambiciones nacionalistas palestinas. Golda Meir dijo: "El palestino es algo que no existe"
La creación del estado de Israel en 1947-48 trajo consigo limpiezas étnicas, incluyendo ejecuciones, masacres y violaciones por parte de los judíos, y la conducta de Israel ha sido a menudo brutal, basando su actuación en su superioridad moral. Entre 1949 y 1956 fuerzas de seguridad israelíes mataron entre 2.700 y 5.000 árabes infiltrados, la abrumante mayoría de ellos desarmados. Las fuerzas armadas israelíes asesinaron cientos de egipcios prisioneros de guerra en las guerras de 1956 y 1967,y en 1967 expulsaron entre 100.000 y 260.000 palestinos de la recién conquistada Cisjordania y 80.000 sirios de los altos del Golán.
Durante la primera intifada las fuerzas armadas israelíes distribuyeron porras a sus tropas y les instigaron a romperles los huesos a los manifestantes palestinos. La rama sueca de la organización "Save the Children" estima que entre 23.600 y 29.900 niños requirieron tratamiento médico tras ser golpeados durante los dos primeros años de intifada, casi la tercera parte tenían 10 años o menos.
Si ni argumentos estratégicos ni morales justifican el apoyo de EEUU a Israel, ¿cómo se explica entonces?
Continuará...
Etiquetas: política
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