... y no sólo posible sino necesario e inevitable, es la conclusión que se puede sacar del último libro de Joseph E. Stiglitz, "Cómo Hacer que que funcione la globalización". En su anterior libro, "El malestar de la Globalización", Stiglitz Premio Nobel de Economía de 2001, ya criticaba el modo en el que se ha llevado a cabo la globalización de los mercados, en beneficio de los países más ricos y perjuicio de los países más pobres.
El punto de vista de Stiglitz merece la pena ser escuchado no sólo porque es un reconocido economista sino porque él conoce bien el funcionamiento de las instituciones que ponen en práctica la globalización al haber sido un insider como economista jefe del Banco Mundial y director del Consejo Asesor en asuntos Económicos del Presidente Bill Clinton.
La crítica se centra principalmente en las políticas económicas aplicadas por determinados organismos internacionales que constituyen lo que se conoce como el Consenso de Washington, constituido por el (Fondo Monetario Internacional) FMI, el Banco Mundial y la Reserva Federal de EEUU (o Fed), curiosamente estos organismos están ubicados en tres calles próximas en el centro financiero de Nueva York, calles 19 (FMI), 18 (BM) y 15 (Fed). Estos organismos han aplicado políticas basadas en el fundamentalismo de mercado y el neoliberalismo más radical.
Estos organismos y en especial el FMI, están detrás de gran parte de las grandes crisis económicas de los últimos tiempos, en los países de la ex-Unión Soviética, del Sureste Asíatico, Lationamérica y en especial Argentina y África.
El fundamentalismo de mercado pretende que los mercados funcionan de forma perfecta y hay que dejarlos actual libremente sin intervención alguna de los Gobiernos, la teoría económica hace tiempo que ha demostrado que en estas condiciones la eficiencia económica no se produce cuando la información es imperfecta o hay sectores del mercado que no existen (como los mercados de seguros) como es el caso en los países en vías de desarrollo, en estos países es fundamental que el gobierno tome parte activa para proteger sus economías y especialmente a sus ciudadanos más pobres.
Un caso sangrante es el Sistema Global de Reserva monetaria donde la unidad de referencia es el dólar americano y todos los países se ven obligados a mantener reservas normalmente en letras del tesoro americano (fácilmente cambiables en dólares) para hacer frente a posibles crisis y depreciaciones de la moneda local.
Ejemplo: Una empresa en un país pobre pide un préstamo de $100 millones a un banco americano, dada la escasa infraestructura bancaria del país no hay banco local que pueda conceder ese préstamo y es necesario recurrir a la banca privada internacional, pongamos que el banco establece un interés del 20%, el gobierno está obligado a añadir $100 millones en reservas para lo que adquiere letras del tesoro americano con un interés del 5%, la situación resulta ser que no hay flujo neto de dinero, pero la banca privada carga muchos más intereses que la Reserva Federal, con lo que la situación final es que hay un flujo de $15 millones hacia los EEUU. Es un sistema injusto donde los países pobres se hacen más pobres.
La pobreza en los países en vías de desarrollo se ha incrementado en las últimas dos décadas, es una situación aberrante especialmente si se considera que el propósito fundacional del Banco Mundial es reducir la pobreza en el mundo y el del FMI la estabilidad económica global, en realidad el objetivo de estos organismos es salvaguardar y proteger los intereses de la banca privada y los grandes inversores en los países desarrollados, lo que se demuestra en que sus políticas económicas tienen más interés en reducir la inflación, que en reducir la pobreza, el desempleo o mejorar los salarios.
El 40% de la población mundial vive en la pobreza (un 36% más que en 1981) un 16% vive en la extrema pobreza. En África el 46.9% vive en la pobreza (un 41.6% en 1981)
La democracia en los organismos internacionales no existe. En el FMI, los países más desarrollados tiene más votos, los votos están determinados por el poder económico de los países hace 60 años cuando el organismo fue fundado. El presidente del Banco Mundial es nombrado por EEUU.
La situación de los países más pobres ha empeorado como consecuencia de los acuerdos comerciales. En Noviembre de 2001 en Doha se acordó que la siguiente ronda de negociaciones se centraría en las necesidades de los países en vías de desarrollo pero Europa y EEUU ya han renegado de aquella decisión.
El FMI parece haberse centrado más en salvar a los acreedores occidentales que el ayudar a los países en crisis.
El concepto de que el desarrollo de los EEUU es el resultado de un capitalismo sin restricciones es falso. El Gobierno americano juega un papel central en muchos aspectos como por ejemplo las finanzas, garantías de créditos, hipotecas, préstamos, exportaciones e importaciones, cooperativas y pequeños negocios. El Gobierno se aseguro que los créditos fluyen a los que más los necesitan. El Gobierno americano ha jugado un papel importante en promover el desarrollo, principalmente tecnología e infraestructuras.
La globalización ha puesto en marcha fuerzas de mercado que muchos gobiernos especialmente en los países más pobres, no pueden controlar: Un país puede querer elevar el salario mínimo, pero no puede porque las multinacionales extranjeras amenazan con irse a un país con salarios más bajos.
El poder de la nación-estado se ha visto reducido por un lado por las fuerzas de la economía global y por las demandas políticas de devolución de poder internas.
La globalización no ha ampliado los sentimientos de cercanía fuera de las fronteras. EEUU hace recuento de las bajas de sus soldados no de las muertes de iraquíes, cuando se publicó que éstas eran 50 veces más altas apenas produjo reacción entre los americanos, la tortura de ciudadanos americanos hubiera causado furia, la tortura por parte de americanos apenas ha causado reacción, incluso fue defendida por muchos como necesaria. Lo mismo pasa en el terreno económico, el paro en EEUU es lamentado pero el incremento de puestos de trabajo en países pobres no es celebrado.
Comercio justo significa ser capaz de ponernos en el lugar de otros.
Muchos de los problemas causados por la globalización son culpa nuestra.
Otro mundo es posible, más aún otro mundo es necesario e inevitable.
Las fallidas políticas económicas del consenso de Washington se centraron en minimizar el papel del gobierno, que tenía un papel en el mantenimiento de la macro-estabilidad, pero la atención era estabilidad de precios, no de producción, empleo o crecimiento. Se establecieron numerosas fórmulas: privatizar todo, desde fábricas a la seguridad social, no permitir que el gobierno favorezca a ninguna industria en particular, reforzar los derechos de propiedad, no ser corrupto, rebajar impuestos pero mantener los presupestos equilibrados. El consenso de washington puso poco énfasis en la equidad. El gobierno debe tener un papel más activo en promover el desarrollo y proteger a los pobres.
Los mercados deben estar en el centro de cualquier economía con éxito, pero el gobierno debe crear un clima la creación de empresas y trabajos, debe construir infraestructura física e institucional, un sistema de banca sólido y seguridades para que los inversores no sean engañados. Hay áreas en las que los mercados por si solos no funcionan bien, habrá demasiados de algunas cosas como polución y degradación ambiental y muy poco de otras como investigación. Lo que separa a los países pobres de los ricos no son sólo los recursos sino el conocimiento, la educación y la tecnología.
En los países con más éxito económico en los últimos años, en Asia, el gobierno ha jugado un papel fundamental.
La globalización en la forma de crecimiento dirigido por la exportación ha sacado a muchos países del este asiático de la pobreza. China (en contra de las recomendaciones del FMI a otros países asiáticos) siguió políticas macroeconómicas expansionistas y ha crecido un 9%.
Los gobiernos de estos países asiáticos procuraron que los beneficios del crecimiento fueran distribuidos. La pobreza disminuyó dramáticamente, la esperanza de vida aumentó y la alfabetización se hizo casi universal. Estos gobiernos jugaron un papel en planear y desarrollar tecnología, eligiendo el sector de conveniencia. El gobierno de Corea creó una de las industrias de acero más eficientes y el gobierno de Taiwan ayudó a establecer su exitosa industria del plástico. Los países que invitaron a la inversión extranjera se aseguraron de que las empresas invitadas transfirieran tecnología y entrenaran a trabajadores locales. Malasia no cedió toda la producción de petróleo a empresas extranjeras y creó Petronas.
Algunos de estos países abrieron sus mercados a la libre circulación de capital por presión del FMI y el resultado fue una crisis que se extendió por toda la región. Las políticas del FMI fallaron en estabilizar las monedas, sólo consiguieron agudizar la crisis como había predicho la teoría económica estándar.
La mayor parte de Asia se ha recuperado pero la crisis fue dolorosa e innecesaria.
Lationamérica tuvo en el pasado éxito con fuertes políticas intervencionistas aunque más centradas en la restricción de importaciones que en las exportaciones. En 1980 la subida de intereses en EEUU se extendió a Latinoamérica provocando una crisis de deuda, muchos países latinoamericanos siguieron las directrices del consenso de Washington, que se centraron en luchar contra la inflación. Cuando los precios se estabilizaron el FMI y el Banco Mundial se apuntarón el éxito, pero resultó que el crecimiento no era sostenible, estaba basado en créditos exteriores y en privatizaciones que vendieron los bienes nacionales a empresas extranjeras. Hubo una explosión de consumo, el PIB se incrementaba pero la riqueza nacional disminuía.
Hoy hay en latinoamérica un consenso creciente contra el consenso de Washington que se refleja por la victoria de gobiernos de izquierda en Brasil, Venezuela y Bolivia.
El fracaso de Rusia y la mayoría de los antiguos países comunistas es enorme: Disminución de la esperanza de vida de 4 años en tan sólo 10 años, crimen y delincuencia rampantes. Tras la caída del muro de Berlín muchos creyeron que los países de la antigua Unión Soviética necesitaban una terapia de choque. La liberalización de precios instantánea trajo consigo una hiperinflación. Contra ella se aplicó una política monetaria estricta y austeridad fiscal que hundió las economías en profundas recesiones y depresiones. Mientras tanto privatizaciones fulminantes regalaron cientos de billones de dólares de bienes públicos creando una nueva clase de oligarcas, que se llevaron el dinero fuera del país más rápido que el FMI inyectaba fondos de ayuda. Los mercados se liberalizaron en la esperanza que el dinero fluyera al país, al contrario hubo una fuga masiva de capital como ponen de manifiesto la compra del equipo de fútbol Chelsea o las numerosos terrenos adquiridos en el Reino unido por oligarcas como Abramovich.
La pobreza en el bloque soviético se multiplicó por 10 entre 1987 y 2001.
La liberalización abrió los mercados de África a bienes importados, pero los países africanos tenían poco que exportar. La apertura de los mercados no atrajo capital, los inversores estaban más interesados en llevarse fuera los preciados recursos naturales. El FMI trajo la austeridad fiscal hasta el punto de obligar por ejemplo a Etiopía a invertir los fondos de asistencia en incrementar su sreservas en lugar de construir hospitales colegios o carreteras.
Las economías africanas no crecieron pero la población sí, la pobreza creció y el SIDA se cebó especialmente con el continente africano. La pobreza se ha doblado en dos décadas.
En India las doctrinas socialistas prevalecieron y la economía se estancó, pero el gobierno sembró las semillas del éxito posterior, numerosos institutos de ciencia y tecnología se crearon y se hicieron inversiones en educación e investigación que acabarían dando sus frutos.
El resultado de la globalización es que los grandes grupos multinacionales de los países desarrollados y en especial los que extraen materias primas como compañías petrolíferas o mineras se enriquecen enormente a costa de los recursos de los países subdesarrollados, por otro lado la mano de obra en los países desarrollados ve una pérdida de puestos de trabajo y nivel salarial, porque compite con la mano de obra de países menos desarrollados y sueldos más bajos, uno de los grandes beneficiados de este sistema es China.
La globalización ha sido aplicada por los países desarrollados de forma injusta e imparcial. La ronda de acuerdos comerciales llevada a cabo en Urugüay en 1995 es conocida por los países en vías de desarrollo como la "Gran Ganga" los países en vías de desarrollo liberalizaron el comercio y la agricultura a cambio de que los países desarrollados redujeran aranceles y aplicaran una serie de nuevas reglas más relajadas en temas de propiedad intelectual, inversiones y servicios, los países desarrollados no cumplieron con su parte del acuerdo. No es de extrañar que en 1999 la ronda de Seattle fuera un completo desastre protagonizada por disturbios callejeros de activistas anti-globalización.
El caso de Argentina es también especialmente sangrante, durante años fue considerada por el FMI como el alumno aplicado y la prueba del éxito de sus políticas económicas, al salir temporalmente de una crisis de deuda el resultado fue que como consecuencia de seguir los consejos del FMI la situación de Argentina se hizo más inestable y quedó sin apenas recursos. Hoy Argentina está logrando salir de la crisis gracias a ignorar los consejos del FMI y practicar sus propias políticas económicas.
Artículo del autor sobre su libro el El País: Para que funcione la globalización
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